La chica que nunca estuvo
Ayer conocí a la chica que nunca estuvo.
Sus ojos son como piedras azotadas por el mar
Y sus piernas tan largas como los puentes de Hangzhou
Sus ojos son como piedras azotadas por el mar
Y sus piernas tan largas como los puentes de Hangzhou
Me miró. Me preguntó. Me respondió
Se perdió entre el humo de mi cigarrillo,
Se perdió entre mis palabras.
Se perdió entre el vaso de whisky que nunca terminó.
Se perdió entre el humo de mi cigarrillo,
Se perdió entre mis palabras.
Se perdió entre el vaso de whisky que nunca terminó.
Ayer conocí a la chica que nunca estuvo.
Y me alegra saber que ella existe
Aunque su presencia haya sido tan fugaz como el pasar de una garza
En esta primavera que comienza con una sonrisa a medias.
Y me alegra saber que ella existe
Aunque su presencia haya sido tan fugaz como el pasar de una garza
En esta primavera que comienza con una sonrisa a medias.
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