Pese a todo (segunda parte)

El auditorio estaba vacío a acepción de algunas personas en el sector norte y algunas en el sector sur. Su oponente era un irlandés de apellido Collins, que había llegado con un equipo de la televisión extranjera y una rubia muy joven que miraba a todos lados sintiéndose al parecer decepcionada por la poca presencia de público y prensa.

El combate comenzó a las 6 de la tarde hora local. Los primeros 3 rounds fueron para el irlandés. No había novedad, los movimientos de Burck eran los mismos que había mostrado en sus anteriores peleas. Impreciso, lento, falto de ritmo y vigor. Collins estaba dándose tiempo para no acelerar tan pronto el trámite de la pelea, pese a todo sabía que era la despedida de Burck. Luego de finalizado el quinto round Beckley miro fijamente a la tribuna del sector norte y sorpresivamente me clavo la mirada por unos segundos. Al salir, para lo que todos pensábamos el último asalto de su vida, arremetió contra el irlandés con una serie de golpes que desconcertaron por completo a Collins. Golpes al lado izquierdo del abdomen, ganchos a la cara que parecían verdaderos martillazos. Lo tuvo contra las cuerdas que tiraban al sector sur por casi medio minuto impartiéndole golpes que terminaron por arrojarlo al suelo.

La poca gente que había asistido al estadio no lo podía creer. Burck había ganado la pelea por Knock out. Rápidamente corrí junto con mi cámara para tomar las fotos de rigor y conversar un poco con el. Peter me miro y me pidió que subiera a la lona. Si las circunstancias hubieran sido otras nunca me hubiera atrevido a subir a la lona de una ring de boxeo con toda la gente alrededor mirándome, pero este era una caso diferente, un estadio vacio, un boxeador que no era boxeador sino un guerrero, un momento emotivo de verdad. Cuando lo volví a ver le di la mano para felicitarlo y él me abrazo y me dijo con el particular acento de los ingleses que toda su vida sabia que a pesar de perder una y otra vez, al final se retiraría para siempre del cuadrilátero con una victoria. Y así fue, Peter Burck el más grande perdedor de toda la historia del boxeo dejo de esta forma el deporte que le dio a su esposa una casa grande y hermosa, a sus dos hijas una educación en las mejores universidades de Inglaterra y a mi la certeza ahora indiscutible que existen esas personas que conoces por un momento y que te dan una patada en el culo con el coraje que muestran para afrontar la vida.

Al salir con lágrimas en los ojos que trate de ocultar bajo la vieja premisa de que los hombres jamás lloran, le hice la última pregunta para mi reportaje. Sr. Burck cual es la diferencia de esta pelea con las 299 que tuvo antes, a que cree que se debe este triunfo. Peter me miro y me dijo algo que término por convencerme de la clase de guerrero que estaba ante mi. La única diferencia es que esta vez a diferencia de las demás no tuve tiempo para mi familia y me dedique de lleno a entrenarme. Tal vez eso me falto para ganar las otras peleas, pero si es así creo que hice la elección correcta. Amo el boxeo, pero lo que más amo es mi familia.

Y así fue, de esa forma termino todo. Me fui del estadio con una gran historia para publicar y pensando en cual podría ser el mejor titulo para ella. "Burck se retira como un grande", "Peter Burck el hombre que gano al final", bueno ya algo se me ocurriría. La nota es para mañana así que prendo la maquina y comienzo a escribir. Por algún motivo me siento extraño. Tiro los cigarrillos a la basura y ordeno un poco mi escritorio. Veo la foto de Susana en la mesa y sé que hace mucho que no nos vemos, pero podría llamarla y pedirle ver a los chicos este fin de semana. Quién sabe, tal vez hasta podríamos vernos nuevamente e intentar que las cosas funcionen, dejar de lado mi "yo" para enfocarme en el "nosotros". Total la vida es corta, los años pasan. Los niños no siempre seran niños y no puedo luchar contra eso. La familia no siempre estará ahí, pero me acabo de jurar que estaré ahi para ellos. Siempre. Hasta el ultimo round. Pese a todo.

Comentarios

Entradas populares