Olvidar

Es un soga con unos brazos largos y flacos que salen y tratan de coger alguna parte del otro corazón (el que se quiere ir por supuesto) para aferrarse a el y dejar que este lo lleve a donde quiera ir.

Es sugetárse como un naúgrafo en medio del mar, es caer, descender, observar al otro corazón irse y no sentir nada más que resignación. Cuando pasa eso, la soga se rinde. Y a mi me da mucha pena. Me muero de la pena por ella.

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